El Enfoque Biopsicosocial y su Impacto en el Bienestar y la Calidad de Vida

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Por Mariano Amantea*
Hoy en día, entendemos al ser humano como una unidad biopsicosocial, donde la meta de la salud adquiere una nueva dimensión, dirigida hacia el mejoramiento del bienestar y la calidad de vida.

Desde esta perspectiva, el cuidado del cuerpo se percibe de manera diferente, no como algo separado del resto, sino en comunión con un sistema autopoyético, como diría Humberto Maturana.
Adoptar este punto de vista implica focalizar a un sujeto en relación con su entorno. Por lo tanto, podemos afirmar que los cuidados del cuerpo no son iguales para todos. Por un lado, tenemos a personas que tienen acceso a recursos y opciones para realizar actividades físicas. Por otro lado, vemos a personas marginadas que viven en lugares con pocas posibilidades, sin asfalto, plazas ni espacios preparados para que los vecinos puedan
caminar o estar al aire libre.

Esta situación refleja claramente una diferencia marcada por factores socioeconómicos. La mayoría de los trabajadores de clase media y baja viven en barrios carenciados, cuyo estilo de vida no es el más indicado. Salen de sus casas temprano, regresan tarde, mal comidos y fuera de tiempo. Hacen lo que pueden con lo que tienen.
Así, vemos por un lado el tiempo y el lugar que ocupa el cuidado del cuerpo en su jornada, y por otro, las posibilidades limitadas por barrios inseguros, poco iluminados y sin parques. La pregunta es: ¿cómo puede alguien hacer alguna actividad física en estas condiciones?
Es en este contexto que los discursos de políticas neoliberales, que abogan por una mínima intervención del Estado, resultan insuficientes. Nosotros creemos lo contrario: se necesita, más que nunca, la ayuda del Estado para proveer asistencia y ocuparse de esta problemática. Al menos, para que puedan, al regresar a sus casas, caminar un rato en un lugar ameno y seguro.
Para lograr una sociedad más equitativa y saludable, es esencial que se implementen políticas públicas inclusivas que reconozcan y aborden activamente estas desigualdades. Solo así se podrá garantizar que todas las personas, independientemente de su contexto socioeconómico, tengan acceso a una calidad de vida que les permita cuidar adecuadamente su cuerpo y mente.

*Profesor de Educación Física